miércoles, 24 de septiembre de 2008

DORADA AL HORNO PARA DOS PERSONAS


Querida cocinera del Kilómetro 1075:

Charlar contigo conlleva, ya de buenas a primeras, darse de bruces con uno mismo. Allí donde otras chicas son espejismo, tú eres espejo. Quedan a la intemperie mis contradicciones, mis limitaciones, el frágil andamiaje que me sostiene. “Nadie es mejor que nadie” –canta el genio, llamándonos a las filas de la insurrección-. Posiblemente así sea. Sin embargo, este denodado esfuerzo tuyo lo he percibido en contadas mujeres. Gracias por haberme hecho un huequecito en tu preciosa alma. Espero seguir dándote la tabarra durante tus próximas 57.629 reencarnaciones.

Un abrazo muy fuerte para Samuel y para Javi.

Cuídate musho, quilla.

Un catalán loco.

PD: si bien sabe Dios cuánto tiempo tardaré, escribiré esa novelita.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Uuuuuffff!!! Q responsabilidad siento ahora, al escribirte el comentario despues de leer tu entrada. En primer lugar, GRACIAS desde el corazón por tus palabras. En segundo lugar decirte que, me asusta un poco bastante que me idolatres de esa manera. Halaga muchísimo, pero como tú bien decías ayer, "nadie es tan malo, ni nadie es tan bueno". Yo, también, en esta mochila q llevamos todos en nuestro camino, llevo mis miserias. Con el tiempo, una aprende que cuanto más liviana sea esa carga, más fácil se hará el camino. Y en ello estamos Majestad, en aprender a soltar lastres. Queridisimo amigo, te debo una disculpa, por mis tiempos de silencio. No por el silencio en sí, sino por el "sentir" de mi alma entonces.
Quién sabe si en proximas reencarnaciones me llamaré Enma ;-),... o Manolo :-P

Un abrazo

The Fisher King dijo...

No confundáis con idolatría, la más rendida admiración.

Ni os imagináis cómo está el patio:
mujeres como vos son excepción.