miércoles, 10 de junio de 2009

SER UN HOMBRE

Barrio de Gràcia. Barcelona. 6:30 de la mañana. Un viandante discute acaloradamente con un barrendero. Ambos se hallan a una considerable distancia. Crece la confrontación. De repente, el primero, cuyo rostro supura agresividad, se planta frente al limpiador callejero y se encara con el mismo. A viva voz, le espeta que, si es hombre, le vuelva a repetir lo que le ha dicho. Ante la silenciosa negativa de su contendiente, la furibunda bestia, otrora ser humano, prorrumpe, en victorioso ademán: “No eres hombre”.

Líbreme Dios de juzgar conductas ajenas, pues bastante tengo con las mías. Mas le suplico de rodillas al Santo Padre que me ayude a desarrollar una masculinidad alternativa.


Amén.

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