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Hay tanta belleza en Gran Torino, tanta humanidad, tanta sabiduría y tanta masculinidad (dicho sea en el mejor sentido del término), que uno no puede sino descubrirse ante el apabullante talento de Clint Eastwood. Pocos filmes han detallado con tanta precisión la severa crisis de valores que nuestra actual sociedad acarrea. Y por favor, que no me vengan con el cuento de que es una película facha porque por ahí sí que no paso (lo diré de otro modo: si la última propuesta del director de Los puentes de Madison postula un ideario fascista, un servidor proclama orgullosamente a los cuatro vientos su subscripción al mismo). El único “pero” que le pongo a tan excepcional largometraje es que la interpretación de Eastwood me resulta, en determinados pasajes, excesivamente forzada, tópica y caricaturesca: entre otras consideraciones, no creo que sea necesario escupir cada cinco minutos para componer un personaje huraño.
Otra cosa. Soy del Barça a morir. El club blaugrana es para mí una religión. Mejor aún. No obstante, como español que soy, lamento la debacle europea del Real Madrid. Todavía más: al margen de toda identidad nacional, no me parece saludable disfrutar de las derrotas de nadie. “Ojo por ojo… y el mundo se quedará ciego”, dijo mi maestro, Mahatma Gandhi.
A mi entender, Slumdog Millionarie es muy poquita cosa. ¡Con lo que a mí me gustan las películas de “amores”! Acaso todo se reduzca al hecho de que, por lo general, no me agrada el modo en que filma Danny Boyle (aunque en honor a la verdad debo decir que, contando su recién oscarizada propuesta, tan sólo he visto tres filmes del prestigioso cineasta británico: Trainspotting (1996), del cual “deserté” mediados 15 minutos de proyección, y 28 días después (2002), que me resultó de mayor interés). No logro simpatizar con su acusada tendencia a multiplicar los planos (en una suerte de “más siempre es más”) y con su empleo de un montaje sincopado y embrollado que –en mi opinión- confunde el ritmo con el desorden narrativo. Es posible que, como me decía mi santa madre, la mayoría de espectadores no presten atención a tales detalles, lo cual me parece muy respetable. No obstante, y en palabras del gran José Luis Coll, “Cada uno es como es… y bastante desgracia tiene”.
Sea como fuere, me parece estupendo que haya quiénes hayan disfrutado de una cinta que –justo es reconocerlo- aboga por el triunfo de los buenos sentimientos.
Buen Camino, peregrina.
Y Feliz Cumpleaños.
(Aunque no te pueda ver).
No em preguntis, amor, per què t’estimo,
si no trobo raons. ¿Però podria
dir-te del rossinyol la meravella
ni el batec de la sang, ni la segura
dolcesa de l’arrel dins de la terra,
ni aquest plorar suau de les estrelles?
¿És que sabries, cert, l’ardent misteri
d’unes ales signant l’atzur en calma,
o el fluir de la font, o de la branca
aquest respir beat quan l’aire passa?...
No em preguntis, amor, per què t’estimo,
si et tenia dins meu i ni sabria
ja veure’t com a tu, perquè respires
dintre del meu respir, si dels meus somnis
ets l’únic somni viu que no podria
arrabassar la Mort...
No em preguntis, amor, per què t’estimo, Rosa Leveroni
Suman tres en mi pecera,treinta y dos en la disquera,setecientos los reprochesque me acusan cada noche.Las palabras no se cuentan,contaré los corazones,uno el tuyo,otro el mío,y otro que nos da tirones.Tres corazones,tengo tres corazones,los dos tuyosy este mío,cargaito de ilusiones.Otra vez te contarélos golpes que te van diciendoque llevas parte mía dentro,que juntos sumaremos uno otra vez,te abrazaré pensando que me estás sintiendo,yo lo sé...Tengo tres corazones,tres corazones,uno el mío,otro el tuyo,y otro que nos da tirones.Voy buscando las palabras,encontrarlas me desvela,por decirte tantas cosas,que esperar me desespera.La distancia de un aliento,las verdades del barquero,los remeros los que mandan,tú mi premio más sincero.Otra vez te contaré,los golpes que te van diciendo,que llevas parte mía dentro,que juntos sumaremos uno otra vez,te abrazaré pensando que me estás sintiendoyo lo sé...Tengo tres corazones,
tres corazones,uno el mío,otro el tuyo,un tercero sin guiones.
Tres corazones,
y otro que nos da tirones.
http://www.youtube.com/watch?v=zdASvbOAtLE
Antonio, saca el nuevo disco de una puñetera vez; te necesito.
Rambla de Canaletes. Madrugada. Àlex y un servidor transitan la misma, despreocupados. Una de las numerosas prostitutas de color que frecuentan dicha vía toma mi brazo derecho. La muchacha, joven y de bastante buen ver, me dice que me quiere. No contenta con ello, dibuja sobre mi espalda con sus tetas el mapa de una remota población africana. Sus ubres, si bien no excesivamente grandes, se insinúan con firmeza, desvelando mis adormecidos sentidos. Empero, me deshago amablemente de ella y, a partes iguales cobarde y prudente, reanudo la marcha. Por unos euros de nada...