domingo, 5 de octubre de 2008

DESCONOCIDAS EMOCIONES

Dos décadas atrás se estrenó en Italia Cinema Paradiso, modesta pero a todas luces hermosa película. Dicha cinta, que, amén de resultar premiada un año después en el Festival de Cannes, ganó el Oscar al mejor filme de habla extranjera en 1990, le reportó a Giuseppe Tornatore, por aquel entonces joven y prácticamente novel realizador cinematográfico, un clamoroso éxito.

Acusado de sentimentaloide y manipulador de emociones por comentaristas curtidos en mil y una vicisitudes vitales (ésos que también arremeten contra Spielberg al tiempo que loan las excelencias dramáticas del director vietnamita de turno), ninguna de las posteriores propuestas del cineasta siciliano, notables algunas, insuficientes otras, caló demasiado hondo en el público. “Del director de Cinema Paradiso nos llega…”. Tal era el reclamo comercial que acompañaba la promoción de dichas obras. Invariablemente.

Pues bien, del aclamado director de Cinema Paradiso nos llega La desconocida, largometraje que me ha desconcertado como ningún otro. Me explico. La película dura 118 minutos. Los primeros 116 me parecen ridículos, torpes, efectistas, redundantes… Empero, ¡qué dos últimos minutos! Pocos finales me han resultado tan hermosos y emotivos. De repente, me puse a llorar como un cocodrilo, sin dar crédito a lo acontecido. De bodrio infumable a maravilla sentida.

Dos preciosos minutos y una llorera no salvan una peli… pero le hacen sentir a uno más vivo.


No hay comentarios: