
Otro tanto ocurre con Manolo García. Diversas personas me han comentado que les gustaba más con El Último de la fila. De nuevo lo esencial del asunto no se halla en el parecer (insisto en la idea de que toda opinión me merece, de entrada, la mayor de las consideraciones), pese a que, a mi modo de ver, ninguno de los trabajos del popular grupo barcelonés puede equipararse, ni por asomo, a la trayectoria en solitario del cantante, de abrumadora riqueza lírica. La cosa es que una ingente cantidad de aquéllos que expresan ese convencimiento desconocen, prácticamente por completo, la propuesta individual del autor de Para que no se duerman mis sentidos.
Hay quiénes, incluso, se pronuncian sobre una película sin haberla visto, basándose únicamente en lo escuchado o leído, cuando no en un mero eslogan comercial. Crasa necedad.
No pretendo sentar cátedra ni situarme por encima de nadie. Quede claro que a menudo yo mismo enjuicio toda suerte de personas y cosas sobre las que, de ser honesto, no poseo apenas noción alguna. Tan sólo trato, pues, de poner en evidencia una conducta que, amén de irracional, estimo altamente deplorable.
Feliz finde a todos.
1 comentario:
irracional y peligrosa, mi querido amigo, peto tu, yo y mucha + gente sabemos que no es verdad.Besitos
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