Veo un noticiario televisivo. Un día más, la galopante crisis económica que atenaza al orbe acapara buena parte de la atención informativa. Me aturden con cifras y estadísticas que -¡ay, pobre de mí!- no alcanzo a comprender. El tono adoptado por los responsables de dicho ente mediático, marcadamente catastrofista (diríase preapocalíptico) y convenientemente redundado por una pista sonora harto estridente, me invita a la reflexión: somos adictos a la negatividad, nos recreamos abiertamente en la misma; sencillamente, estamos enfermos.
Armonización de la Escala Menor
Hace 8 años

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