domingo, 15 de febrero de 2009

NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

Miguel Hernández (1910-1942), preso en la madrileña cárcel de Torrijos a causa de su filiación republicana, dedicó estos bellísimos versos a su hijo Manuel Miguel, quien apenas si sumaba ocho meses de edad, tras recibir una carta de su esposa Josefina en la cual le hacía saber que ella y el niño tan sólo disponían de pan y cebolla para alimentarse.

2 comentarios:

Ricard dijo...

Gran poeta. Parece mentira como la poesía es capaz de expresar algo desagradable de forma bella. Me acuerdo de ese poema de Miguel Hernández en el cual para explicar un suceso tan brutal y sanguinario como la muerte de Garcilaso de la Vega de una pedrada en la cabeza que le desparramó los sesos lo dice con gran arte:

"Dulce y varón, parece desarmado
un dormido martillo de diamante,
su corazón un pez maravillado
y su cabeza rota
una granada de oro apedreado
con un dulce cerebro en cada gota."

The Fisher King dijo...

Gracias por tu aportación, Ricard. Un fuerte abrazo.