martes, 31 de marzo de 2009

MADRID LA NUIT

Participo de una despedida de soltero que se lleva a cabo en Madrid (Dios mediante, el próximo 24 de abril mi primo Miquel contraerá matrimonio con Alba, su novia de toda la vida). Sobrevivo al desenfrenado compás de siete veinteañeros. Un par de ellos ingieren masivas dosis de alcohol…; a decir verdad, todos bebemos más de la cuenta. Recorremos las calles de la capital en compañía de una muñeca hinchable que responde al nombre de Susi. Los viandantes nos regalan una amalgama de miradas y expresiones. Cenamos en un restaurante erótico (constato en dicho lugar que las mujeres, por lo general, son más divertidas y osadas que los hombres), asistiendo al impagable espectáculo humorístico de un travesti que se hace llamar Chumina Power, quien no deja títere con cabeza. Ya envueltos en la alta madrugada madrileña, movemos el esqueleto al son reggaetonero (un servidor pierde por completo los papeles cuando, cambiados al tercio rumbero, irrumpen Estopa con su “Y yo te quiero besar, besar tus labios de caramelo, y que me lleve el demonio si no te quiero…”.). Una muchachita con aspecto de haber pegao más tiros que el Séptimo de Caballería me pregunta por mi silencio y por mi modoso ademán. La miro con detenimiento: a lo sumo alcanzará los diecinueve años de edad; bien pudiera ser mi hija. Le respondo que, en realidad, es la primera vez que acudo a una discoteca, pues voy para cura, y que, excepcionalmente, los padres sacerdotes me han concedido un permiso para poder acompañar a mi primo en tan señalado momento. La chica se lo traga toíto, mostrando gran interés por mi vocación sacerdotal.

Pese a la ininterrumpida jarana, consigo arañar unas horas para ver a Paco y a Susu, mis queridísimos compañeros del Camino de Santiago, los cuales me presentan a sus flamantes parejas, majísimas ellas. También reencuentro a Encar y a Begoña, siempre tan guapas, tan agradables conmigo. No sé qué c… tiene Madrid –en apariencia tan antitética a mi raigambre catalana- que me lleva, con toda naturalidad, a ofrecer lo mejor de mí, a brindarme al prójimo. Soy mejor persona cuando me encuentro en dicha ciudad. Una persona más abierta, más humana, más conciliadora, más fuerte, más esperanzada, acaso un poquito más sabia.


"Contigo quiero volar pa poder verte desde el cielo".

2 comentarios:

Lolitere dijo...

Es que ya lo dice el dicho " De "Madrisis" al cielo" Jajajaja. Sabes???? Siempre pensé que tenías manos de sacerdote ;-)

The Fisher King dijo...

:-)