sábado, 24 de enero de 2009

QUE VENGA DIOS Y LO VEA

Cuatro niños han fallecido en Sant Boi de Llobregat (Barcelona) al ceder la cubierta de una instalación deportiva a causa del fuerte viento que en el día de hoy azota la práctica totalidad del territorio catalán. Sin ánimo de rallar al personal, se me imponen, así, a bote pronto, un par de reflexiones: 1) quien crea que controla su vida, va bien apañado. 2) Ignoro si Dios existe o no; pero, en caso afirmativo –y ruego perdone el Todopoderoso mis flagrantes limitaciones cognitivas-, tamaño estómago es de menester para, siendo uno tan omnipotente, dejar perecer de ese modo a unos chiquillos. ¿Qué consuelo les queda a los familiares de éstos?

Que alguien me lo explique, por favor.

No hay comentarios: