miércoles, 17 de diciembre de 2008

YA NO NOS QUEDAN MÁS PELOS, SR. ZAPATERO

Leo en el diario Avui que la compañía aérea suiza Swiss Air ha suprimido el idioma catalán en las comunicaciones a los pasajeros de sus vuelos regulares de Zurich a Barcelona. Según informa dicho rotativo, el origen de tal medida se halla en una queja formulada por el Sr. José Manuel Opazo (para más ítem militante del UPyD de Rosa Díez) a la aerolínea helvética en la que mostraba su desacuerdo por el uso del catalán en el mentado itinerario. Opazo, quien al parecer ofició su reclamación en calidad de secretario general del UPyD en Cataluña (Carlos Martínez Gorriarán, miembro del consejo de dirección de dicha formación, ha negado que tan impar individuo ostente tal cargo), afirmó –ahí es nada- que la lengua catalana es un dialecto apenas si hablado por 700.000 personas (sic). Habida cuenta de la inequívoca tendencia nacionalista del Avui, pongo la noticia en cuarentena; no obstante, constatar la veracidad (o falsedad) de la misma no debiera de resultar excesivamente complicado.

Un tribunal francés ha fallado en contra del reingreso de la Federación Catalana de Rugby (FCR) en la FIRA (siglas de la federación internacional del añejo deporte nacido en Inglaterra). La FCR, miembro fundador de dicha entidad en el año 1934, perdió tal condición al cabo de siete años al dictar un decreto el gobierno franquista en virtud del cual carecía de habilitación legal toda asociación deportiva catalana. Mediados sesenta y siete años, nada parece haber cambiado: la Federación Española de Rugby ha presionado todo cuanto ha podido a la FIRA (cuya sede está ubicada en París; hete aquí la mediación de la justicia gala) a fin de evitar la más que pertinente readmisión de la agrupación catalana.

13 de noviembre de 2003. “Aceptaré el Estatuto que apruebe el Parlamento catalán”. Don José Luís Rodríguez Zapatero es, diccionario en mano, un mentiroso. Ha mentido al pueblo catalán. Nos ha tomado el pelo. El hombre de la sempiterna sonrisa ha jugado con los sentimientos (y con los votos que le alzaron al poder) de una porción del territorio español.

Cataluña es España. Cuanto menos por lo que a mí se refiere. ¿Pero de qué España hemos de formar parte los catalanes? ¿De una España multicultural y plurilingüe o, por el contrario y para deleite de algunos, de una España centrípeta, neofranquista y monocorde? Quienes me conocen o han tenido a bien leer mis escritos, saben que soy tenaz crítico del talante beligerante, cateto y solipsista de algunos mandamases catalanes; pésimos relaciones públicas de la comunidad autónoma que representan; pesado lastre para sus administrados. Pero ello no obvia flagrancias tales como que, gobierne quien gobierne en España, los derechos de los catalanes son sistemáticamente pisoteados en aras de un perpetuo desmán centralista.

1 comentario:

Ricard dijo...

Esos de UPD y de Ciutadans son peores que el PP en muchos aspectos, pues van de bilingüistas y de eso no tienen nada de nada, y encima se las dan de progres, cuando la izquierda por definición no puede ser anticatalana ya que se supone que es una doctrina defensora de las diferencias y de las variedades. Eso es como si un torero fuese del Partido Antitaurino o un militante de SOS racismo votara a Plataforma per Catalunya.